Mi formación ha sido larga y dura: un centro de adiestramiento del gobierno en Madrid, ex agentes de la Stasi en Alemania... Las misiones en las que he participado peligrosas: infiltración en grandes organizaciones terroristas... Y mi entrenamiento extenuante: técnica de la mantis asesina... Pero nada, ni siquiera mis coqueteos con la mafia rusa y china, son suficientes para mi actual misión: infiltrarme en la yakuza japonesa. Para ello tengo aprender su idioma, indagar en su historia, estudiar su cultura, usar su tecnología, comer su comida y lo más importante conocer a sus gentes. Todo lo que descubra y, algún desvarío adicional, os lo contaré puntualmente.
Y recuerda, con la yakuza no se juega, no le cuentes a nadie lo que aquí leas o ...