lunes, 26 de abril de 2010

El yakuza infiltrado

Una profunda reverencia, especialmente para nuestros numerosísimos lectores. De lo que aquí se cuente depende la vida de muchas personas, os ruego discreción.
Soy el agente Onio, especialista en misiones de infiltración, sabotaje y recolección de datos. La agencia secreta para la que yo y mis compañeros realmente trabajamos debe permanecer en el anonimato. Muy pronto el cerebro de la misma, Sebas, y el resto de miembros de la organización os contarán más detalles. Fue él el que en su búsqueda de los mejores hombres, nos puso en contacto.
Mi formación ha sido larga y dura: un centro de adiestramiento del gobierno en Madrid, ex agentes de la Stasi en Alemania... Las misiones en las que he participado peligrosas: infiltración en grandes organizaciones terroristas...
Y mi entrenamiento extenuante: técnica de la mantis asesina... Pero nada, ni siquiera mis coqueteos con la mafia rusa y china, son suficientes para mi actual misión: infiltrarme en la yakuza japonesa. Para ello tengo aprender su idioma, indagar en su historia, estudiar su cultura, usar su tecnología, comer su comida y lo más importante conocer a sus gentes. Todo lo que descubra y, algún desvarío adicional, os lo contaré puntualmente.
Y recuerda, con la yakuza no se juega, no le cuentes a nadie lo que aquí leas o ...

viernes, 23 de abril de 2010

El Espía Que Surgió Del Frío

Saludos cordiales a mis compañeros de blog y a nuestros estimados lectores. Mi alias es Tonecas y colaboré en una de tantas operaciones con Arvydas hace ya mucho tiempo, pero, aunque trabajé para la KGB, en realidad, era un agente doble que informaba al MI6 británico para que estuvieran al tanto de lo que ocurría en la Europa oriental. En una ocasión, estuve destacado en Praga vendiendo helados, pero, obviamente, era una tapadera. Ice cream van, Edinburgh Cuando Checoslovaquia, por aquel entonces, se escindió de la URSS en la llamada Revolución de Terciopelo, tuve que marcharme. Como Arvydas, yo nunca tuve ningún problema para servir a un país de un bando o del otro, lo único que me preocupaba era el dinero, éso era lo importante y, también, la acción que las operaciones conllevaban, por supuesto. Y, nunca he tenido un motivo de queja, siempre tuve a mi alcance la tecnología más puntera para mis misiones. Siempre, me sentí rodeado de todo lo que la buena vida te puede otorgar, y, no me privaba de nada, incluso tuve a mi disposición un lujoso y veloz yate atracado en primera linea de playa. Digamos que me sentía como un James Bond de naftalina. Broadford, Isle of Skye Seguiré comentando alguna de mis misiones en el pasado, a no ser que la agencia para la que trabajo desclasifique los documentos, entonces podría estar metido en un buen lío.